El 19 de septiembre de 2025, el presidente Donald Trump firmó una proclamación que introduce cambios significativos al programa de visas H-1B. A partir de ahora, las empresas deberán pagar $100,000 por año por cada trabajador extranjero bajo esta visa, tanto en solicitudes nuevas como en renovaciones.
🚨 BREAKING: By stroke of pen, President Trump raises the H-1B Visa fee from $1,000 to *$100,000,* and directs the Secretary of Labor to revise the wage rules to make it much harder for companies to hire foreigners in replacement of American workers.
Massive win. pic.twitter.com/Gl9uybH3tw
— Eric Daugherty (@EricLDaugh) September 19, 2025
La medida también incluye requisitos salariales más estrictos, con el objetivo de reducir abusos en el sistema y priorizar la contratación de trabajadores estadounidenses. Según el gobierno, la política busca generar ingresos adicionales y fomentar la capacitación de talento local.
This will be absolutely devastating in the medical field.
~30% residents are international medical graduates & ~10k of 43k residency spots are filled by docs with H1-B visas.
Previously the h-1B fee was <$5,000.
No hospital will pay a $100k fee for a $55k resident salary. https://t.co/TVywuoBT18
— Nick Mark MD (@nickmmark) September 19, 2025
Paralelamente, se anunció la creación de un nuevo programa denominado “Gold Card”, diseñado para atraer inversionistas extranjeros de alto capital. Aquellos que aporten hasta $2 millones podrán acceder a visas aceleradas y con mayores beneficios, en un intento por incentivar la inversión directa en Estados Unidos.
El cambio ya genera reacciones encontradas. Por un lado, sectores críticos advierten que los costos adicionales podrían afectar a las empresas tecnológicas, muchas de las cuales dependen fuertemente de talento proveniente de países como India y China. Esto, señalan, podría derivar en pérdida de competitividad, menos innovación e incluso en la relocalización de operaciones al extranjero.
Por otro lado, los defensores de la medida sostienen que la nueva política permitirá proteger empleos locales, reducir la dependencia de mano de obra extranjera y asegurar mejores oportunidades para trabajadores estadounidenses.
En resumen, el programa H-1B enfrenta una transformación radical: de herramienta clave para atraer talento internacional a un sistema con costos elevados y mayor control, mientras el “Gold Card” abre la puerta a un nuevo esquema para inversionistas de gran capacidad económica.